PRESBÍTERO MARIANO JOSÉ DEL CASTILLO FUNDADOR DE CONCORDIA
Celia
Codeseira del Castillo
Fray Mariano José del Castillo, era el tercer hijo del matrimonio formado por
Don Celedonio José del Castillo, natural de Buenos Aires y vecino de Paraná; y Doña María del Tránsito Carriego Godoy. Su
padre fue el primer Gobernador de los Siete Pueblos de Misiones,
Sub-delegado del Departamento de Concepción, Ministro de Gobierno del Gobernador
Gral. Juan León Sola, Ministro de Hacienda del Gobernador Vicente Zapata,
Gobernador Delegado de Pedro Barrenechea y de Juan León Sola, Secretario
Interino del Honorable Congreso Entrerriano (1832-1837). Su madre era hermana del Coronel Evaristo
Carriego que fue abuelo del poeta homónimo.[1]
Su hermano, Don Vicente del Castillo, fue Ministro de Hacienda de la
Confederación durante la presidencia de Santiago Derqui.
El Presbítero del Castillo era nieto
del escribano Don Jorge del Castillo Burgués[2], que juró ante el Cabildo de Buenos Aires en
1768; y de Doña Josefa Gómez y Arévalo, ambos naturales de San Felipe de
Montevideo.
Mariano nació en Paraná donde realizó sus estudios primarios
y superiores. Fue ordenado sacerdote
franciscano en la ciudad de Buenos Aires.
Ejerció su apostolado en las provincias de Entre Ríos y Misiones, y en 1824
tomó posesión del curato del pueblo guaraní denominado Villa de Nuestra Señora
de la Concepción de Mandisoví, donde el 14 de julio del mismo año abrió el Libro Parroquial de Entierros.[3] Fue
nombrado Comisionado Especial para llevar a cabo el proyecto de Carriego, que
era la fundación y el planeamiento urbano de la Villa de la Concordia.[4]
En
1828 fue enviado por la Curia a San José de Feliciano con el objeto de
solucionar algunos problemas que se habían presentado.
En 183l, como representante de Mandisoví en la Asamblea General de Paraná, tuvo destacada actuación cuando propuso crear un pueblo aguas
abajo dando origen a Concordia, razón por la cual fue designado primer párroco
de dicha diócesis.
Existe un plano fundacional atribuido
al padre del Castillo donde aparecen pocas construcciones, entre ellas un
rancho para la Iglesia, la Comandancia y la Aduana; y un espacio para el
cementerio y el mercado.[5] Allí inició
también la obra espiritual bautizando a los pobladores en 1832. Su tarea
apostólica lo obligaba a trasladarse con frecuencia la parroquia que estaba
en Mandisoví.
También ejerció su sacerdocio en Yerúa y en El Salto. Aunque tuvo otros ofrecimientos, como el
curato de Gualeguaychú, decidió no aceptarlo para mantenerse cerca de sus
feligreses. En otra ocasión se le propuso el traslado a Concepción del Uruguay,
pero por la misma razón lo rechazó.
Falleció en la ciudad que lo vio nacer.
[1] Enrique Piñeyro Velasco
del Castillo. Linaje del Castillo. Los
Carriego. Buenos Aires, edición del
autor, 1998; p.35.
[2] Registro Notarial Nº 2 (1769). A.G.N.
[3] Juan A. Segura. Historia Eclesiástica de Entre Ríos. Nogoyá, 1964; pp. 112-115.
[4] Cristina Vasallo de Cettour y Silvia Cettour de
Soto. Concordia. Historias del Ayer,
Nº 3, año I. Enero 1991; p. 39.
[5] Juan Alejandro Pípolo. Concordia. La ciudad y su arquitectura 1831-1970. Concordia,
edición del autor, 2013; p. 28.
ARCHIVO DOCUMENTAL
Transcripción
Concepción del Uruguay, 10 de junio de 1824
Al
Gobernador Juan León Sola
Tengo un proyecto que
quiero manifestar a Vd. para ver si se conforma con él. El pueblo de Mandisoví está
tan mal situado que jamás adelantará ni en riqueza: la falta de puerto es uno
de los principales motivos de su atraso, y crea Ud. que mientras permanezca ahí
no tendrá más honores que los de estancia. De ahí resulta el gran proyecto de
trasladar este pueblo a la barra de Yuquerí, que dista como ocho leguas y media
al sur: es uno de los mejores embarcaderos, tiene maderas en abundancia que
harán una parte de su comercio, hay paja de sobra para techos, el terreno es
bueno para la labranza, y la altura dará vista deliciosa al nuevo pueblo. Desde
allí serán fáciles las exportaciones de sus artículos comerciales, y el Estado
tendrá mayor incremento por a actividad de aquel comercio.
A mi me ha parecido
esto muy conveniente, que los vecinos lo desean, según me ha informado el
Alcalde de aquel Departamento. Si a Ud. le parece convenir, yo mismo iría a
hacer la junta del vecindario (…).
Espero su resolución
para poner mano a la obra.
Cnel. Evaristo Carriego[1]
Capilla
de Salto Chico, junio de 1824
Al Señor Párroco del Curato de Paraná, Pbro. Dionisio Álvarez:
(…) Al despuntar el sol
cabalgué una ¾ legua hacia el oeste del camino de la tropa, y doblé por la
picada y el arenal grande hacia el sur pasando por el arroyo y a 825 varas
encontré la planicie con los montículos de roca de 82 varas de largo por 13 de
ancho, y sobre mi caballo divisé el río
Uruguay donde Carriego dijo se levantaría la plaza mayor. Es indescriptible la
belleza del paraje y la cantidad de agua cercana al lugar.
(…) [del Castillo en su recorrida
refiere que encontró a] Francisco
Ramírez y su compañera india Ayaí Guaycarí a quienes desposé y bauticé sus
nueve hijos. De las rocas en línea oeste
norte y a 90 varas vive Anselmo Ferreira y sus siete hijos a los que bauticé y
bendije la tumba de Margarita Reyes fallecida en el Año del Señor 1821, de
peste. En dirección oeste sur está el
rancho de Jaime Prats con sus hijos Isaac y Jaime, originarios de Inglaterra.
Cercano al arroyo de gran caudal y en la parte oeste está el rancho de Juan
Cisneros y la india Ayú Catí, hija del cacique, y bauticé a sus 11 hijos. En mi
vuelta hacia el norte y cercano al arroyo encontré en rumbo oeste nortea
Serafín Gadea, pulpero y su hijo Antonio, venidos de Buenos Aires.
El día 28 del Año del Señor,
comuniqué al Coronel Carriego la aceptación del lugar del pueblo y reunidos
anoticiamos al vecindario que aceptó (…).
Pbro.
Mariano José del Castillo[2]
[1] Archivo Histórico de Entre Ríos. Sección
Gobierno, carpeta 8, legajo Nº 3.
[2] Archivo del Arzobispado de Paraná. Información sobre la capilla de Mandisoví,
fragmentos, tomo II, pp. 9-10.
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